4 de maig 2011

Emoción: mecanismo de valoración

Según la teoría de la valoración automática de Arnold (1960), aceptada por la mayoría de estudiosos de la emoción, existe un mecanismo innato que valora cualquier estimulo que llega a nuestros sentidos. Este mecanismo es como si se preguntara a cualquier acontecimiento: ¿esto cómo afecta a mi supervivencia?, ¿cómo afecta a mi bienestar? Cuando un acontecimiento puede afectar a nuestra supervivencia o a nuestro bienestar, se activa la respuesta emocional.
Esta valoración, en general, suele ser inconsciente y está presente el grado en que se percibe el acontecimiento como positivo o negativo. Lo cual producirá emociones distintas. Cuando se habla de emociones positivas en porque el acontecimiento se valora como un progreso hacia los objetivos, hacia el bienestar, en cambio, cuando el acontecimiento se valora negativamente (un obstáculo, un peligro, una dificultad, una ofensa, etc.) genera emociones negativas.
Influyen en la valoración del acontecimiento muchos factores: significado del acontecimiento, atribución causal, evaluación de las habilidades de afrontamiento, experiencia previa, aprendizaje, contexto, etc. Esto hace que un mismo acontecimiento pueda ser valorado de forma distinta según las personas. Un ejemplo evidente es el de un partido de futbol. Cuando se marca un gol, la valoración es diferente por parte de los seguidores de los distintos equipos: unos se alegran, mientras que otros se entristecen. Esto pone en evidencia cómo la emoción no depende del acontecimiento en sí, sino de la forma que tenemos de valorarlo (Bisquerra, 2000:17)

“El hombre no está perturbado por las cosas, sino por la visión que tiene de las cosas” (Epicteto, Enchiridion).

“No hay nada bueno o malo; el pensamiento lo hace así” (Shakespeare, Hamlet, acto II).



El proceso de valoración incluye un conjunto de toma de decisiones en función de la percepción que se tiene en un momento dado de los efectos que pueden tener las informaciones recibidas en el bienestar personal. En definitiva, una emoción depende de lo que es importante para nosotros. 

La implicación psicopedagógica es que se puede aprender a valorar los acontecimientos de tal forma que se relativice el impacto negativo. ¿Cómo? Educando a la mente de manera positiva, controlando esas emociones negativas e intentando sustituirlas por emociones conscientes positivas y de esta manera, cambiar el estilo valorativo de los acontecimientos.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada